Libertem as Crianças: A urgência de brincar e ser ativo

Sinopsis
“Estamos criando niños frikis, de una inmadurez increíble”.
En 2015, esta afirmación del profesor Carlos Neto se hizo viral e hizo despertar al país sobre la dramática situación de los niños de hoy. En Portugal, la escuela y el modelo de aprendizaje hace tiempo que pasaron de moda, pero es ahí donde los niños pasan la mayor parte del día, encerrados en sus aulas. Los recreos son cada vez más cortos y los espacios de juego están estandarizados, son aburridos y poco estimulantes. El trayecto casa-escuela-hogar, que antes se hacía a pie con los compañeros de clase, ahora se hace en coche. Nuestros hijos apenas tienen tiempo para jugar, apenas los pocos minutos que pueden hacer hueco en sus agendas entre las muchas actividades extraescolares.

Fuera del colegio, no les dejamos jugar al aire libre y les encerramos en casa, en una cúpula acolchada dominada por el poder seductor y anestesiante de las pantallas. La calle, que desempeñó un papel decisivo en nuestra infancia y en nuestra formación como adultos, se ha convertido en territorio prohibido para nuestros hijos. Los niños de tres años se quejan de que están cansados después de veinte minutos de juego. Otros, con 7 años, son capaces de programar ordenadores pero no saben atarse los zapatos. Casi la mitad de los niños de segundo de primaria no saben dar una voltereta.

Es innegable: nuestros niños juegan y se mueven cada vez menos. El analfabetismo motor se ha convertido en un problema muy grave. Al querer sobreprotegerlos de lo que percibimos como peligroso, estamos poniendo en peligro su desarrollo e impidiendo que se conviertan en adultos funcionales, tanto física como cognitivamente.

En Liberen a los niños – La urgencia de jugar y ser activos, el profesor Carlos Neto nos presenta estrategias para revertir esta situación potencialmente catastrófica y devolver a nuestros hijos la magia de la infancia. Sólo así podremos tener adultos felices y sanos. “La calle está en vías de extinción. Miras la ciudad y ya no ves niños jugando. Los perros pasean más que los niños”.